En la risa, el llanto se asoma,
mientras el Sol nace en la sombra;
la verdad se torna una broma,
cuando la calma el caos nombra.
Del silencio nace el clamor,
de la prisa que lenta avanza;
la valentía y el temor,
bailan a la par en alianza.
Bajo el cielo de lluvia y fuego
el sosiego llora y se agita,
dentro de un fastidioso juego
donde el juicio su ley limita.
En el sueño, la vida es cierta,
y en el valor el miedo asoma;
el susurro siempre nos grita
que el vacío siempre se colma.
Llega la noche y brilla el día,
cuando el alma débil se espina;
la tristeza con su alegría
toman la misma vitamina.
El caos, el orden anida,
con el sino que se retrasa;
la memoria de siempre olvida
el laberinto que fracasa.
Con luz la tiniebla se enciende
y en el abrazo, va un adiós;
la paradoja ya se extiende,
como el amor entre los odios.
En la mentirosa oración,
si digo sí, es oximorón;
de arroz hay un solo montón,
resto un grano y sigo en razón.
Que pronto ya será muy tarde
y tarde llegará ya pronto.
Y termino este verso que arde
con falso final de este punto.