Creo en montañas que me acorralan en el desierto.
creo en ilusiones abiertas,
que nacen en pleno mar cubriéndose de alegrías y del más bello cantar.
Creo en las mariposas pegadas a las orejas de un elefante
creo en el cielo gris y en las calles tristes de La Habana, también te podría decir,
que creo en las flores, en los jardines suspendidos,
en las golondrinas que regresan a sus nidos,
Creo en las palabras que te digo entre
trocitos de viento y en el poco tiempo que te pido.
Creo por las mañanas cuando despierto
que tú eres un dios que hay que reparar,
Y que estás cansado de oír suplicar,
Creo en la lluvia y en los ríos que llevan el agua hasta la mar.
Creo en panteras y en pájaros siempre libres
y en la risa que solo tú sabes provocar.
Creo en las partículas que componen los poemas,
porque ellas son perlas sin enfilar.
Creo también en mis dudas y en miedos absurdos,
que en mis páginas intento olvidar...
y cuántas veces me pregunto si tengo más palabras para
inventar un nuevo grito, un verbo lento y otro que solo sea movimiento,
un lenguaje que se congele si no es para amar…
que se detenga y se lo lleven las sombras, la hierba mala,
o tenga gusto a fruto amargo, mancha de acero que nada escriba,
que mis historias sean memorias sin paraísos con que soñar,
Que el viento no describa mis lamentos si me tengo que callar, creo en lo absurdo si es lo que tiene que quedar.

PSabag, palabras escapándose