Luis Renedo

Dama inocente

Sobre un campo de flores de pétalos blancos,

Estaba recostado sobre la cama de piedra.

Todo era tan hermoso y perfecto.

Las tranquilas y frescas caricias del viento,

Aquellas golondrinas viajeras que descansan y cantan.

 

El hermoso lago verde, donde nadaban los peces,

Y un cuerpo delicado y desnudo bañándose con ellos.

Todo es tan perfecto; dichosos los forasteros

Que ven al sol asomarse, morboso, e iluminar el cuerpo de la dama desnuda.

 

Sus gestos son inocentes y sus ojos tiernos,

No hay ni una pizca de maldad.

Sus iniciales, grabadas en su daga chapada en oro,

Posan en mi pecho con fatalidad.

 

Un río carmesí corre delicadamente

Sobre la cama de piedra y mancha el lago verde.

Las flores se tiñen rojizas y la dama sonríe.

Apuntó a mi corazón... ¿yo tenía corazón?