¡Feliz ese esclavo si su amo lo encuentra haciendo eso! (Mat. 24:46).
En la senda del tiempo, las palabras se despliegan, como hojas que al viento, sus secretos entregan. Un esclavo fiel y prudente en la profecía hallado, con alimento espiritual, a muchos ha saciado.
Desde el alba de un siglo, su labor comenzó, y en el libro sagrado, su misión se ancló. El libro \"El Arpa de Dios\", en inglés fue llamado, las verdades bíblicas, a muchos ha enseñado.
Con el pasar de los años, el mundo en transformación, nuevos libros surgieron, con la misma intención. Guiar a las personas que muestran interés en su divina conexión hacia el Padre celestial, fuente de toda creación. No son amos de fe, ni de dogmas portadores, son humildes siervos, de entre los adoradores.
Reconocen en Cristo, su líder y guía de su pueblo, y en su ejemplo divino, encuentran su armonía. A través de las páginas, el espíritu se nutre, en cada palabra, de una lección ilustre. Y así, en la búsqueda, cada cual encuentra, el camino hacia el amor, que en su corazón se centra.
¿Cuál fue el libro que a ti te guio?
¿En qué momento, tu fe floreció?
Cada historia es única, como la estrella en el cielo, que en la noche oscura, nos guía con su destello.
Así, en la jornada, hacia la eternidad, cada alma se forja, en su singularidad. Con el \"alimento al tiempo debido\", se va formando, y hacia el Padre celestial, todos vamos caminando.