El cielo gris,
envuelto de tristeza,
nos deja lluvia.
Llanto del cielo,
que dicen los poetas
y soñadores.
Agua de nubes
que emiten, entre guiños,
como retales.
Y aquí nos vienen,
en forma continuada,
junto a sus besos.
Versos de octubre,
con letras engarzadas
en los poemas.
Sueños sin nombre,
recursos muy sencillos
para la mente.
Y es que estos días
se funden con cansancio
de las personas.
Si llueve mucho
se atoran las ideas
y entra sopor.
Pero, sin duda,
la lluvia es algo hermoso
que ensancha el alma.
Rafael Sánchez Ortega ©
07/10/24