Original Oriflama Infinita

Confidencias ante la vela

Cosmos incognoscible corinda

esta vereda sombría hacia el origen

de la luz...y me remite al bardo

silencioso, sin rubor, enérgico, compacto

y duro el rostro, cuya corteza toco

con manos lúcidas entrando en la sombra,

soñando...balanceándome como astro

sobre el umbral de unos labios mudos

surcados por algunos gráciles insectos

que de tan atareados taciturnos van

cosquiyeando su tronco augusto y pardo,

sus enterrados pies de árbol liberado

del tormento humano...calmo, oscuro, demiurgo

adentro, pero exteriormente se lo ve ser dios

siempre luminoso, sin rubor, enérgico, y duro,

compacto, reflejado en los que creo mis ojos

su rostro...la frente transparente, los labios

mudos, pero hablando cuando un súbito relámpago

despierta todo el bosque plenamente consciente

 

 

Redondas las flores esperan

la luz violeta, la paz perpétua

La tristeza cae, se desmorona

y yena la tierra de flores redondas

Soles de sombra salen de la onda

iluminando una remota sección

donde nada quedó tras el colapso

Los astros bienvienen despacio

traspasando el espacio yeno

de flores redondas contemplando

los rayos de luz violeta

que van cayendo en sus pétalos

colmando mi memoria de recuerdos

de aqueyos que se fueron yendo

entre relámpagos y truenos

como rayos de amor a un encuentro

solitario