Amor que nace de pronto
como nace un suspirar
viaja buscando el arrullo
que talves no encontrará.
Ensueño que siempre busca
de la ilusión dulce grial
quizás en su larga marcha
su camino perderá.
Promesa que se evapora
como la brisa otoñal,
de gota en gota se pierde
la magia de su soñar.
Fulgores que un día fueron
de pasión excelso altar,
luego se vuelven nostalgias
que recuerdos cubrirán.
Mis melancólicos versos
nunca su pena dirán,
porque son como suspiros
que buscan tibio nidal.
Por eso siempre mis letras
cual gaviotas volarán
porque la vida es un canto
de misterioso final.
Autor: Aníbal Rodríguez.