Fer Belek

Crisopeya

Abro los ojos y te veo con total claridad,

reflejo devastadoramente eterno,

tormento huracanado infernal,

espejo de mis verdades a mitades,

pedazo de mis destrozos en nimiedades. 

 

Angustia se arraiga en mi pecho,

traigo tus partes de existencias sin techos,

místico delirio,

que me trastoca los sentidos,

y transmuta las órbitas de mis martirios. 

 

Respiro sangre escarlata,

vómito mariposas de hojalata,

soy sombras y luces transcritas en sonatas,

soy mercurial asombro, gris innata...

que brota de mis poros,

estúpidamente insensata. 

 

Y me gritas furioso,

me exiges fusión, imperioso,

ordenas obediencia...

lunario desastrado, 

con palabras mordaces, a veces escandaloso...

que me niego a escuchar,

estrago de mi reposo. 

 

La necedad una necesidad,

¿Puedo seguir habitando mis embusteras? 

¿Puedo, infinita serpiente sabia, devorar tus verdades que suenan a intrigas lastimeras? 

 

Miro mis profundos ojos,

mueca grotesca toca el cristal en trozos, 

sangran mis dedos al tomarte,

incendio alquímico poderoso. 

 

Quiero aceptarme aunque duela.

Ser parte del despertar que me genera.

Destruirme en átomos y moléculas.

Transformar el oro en plomo,

y volver mi alma eterna.