Me dieron un regalo de gran valor,
un calzoncillo digno de admiración,
decorado con héroes, ¡qué emoción!,
vestir con ironía, mi protección.
Qué heroico me siento al ver sus colores brillar,
con figuras que salvan la humanidad,
y aquí, en mi cintura, sin pelear,
se libra una batalla de comodidad.
¡Oh, Superman, tu capa es de algodón!
Batman, tu máscara es de poliéster,
y yo, un caballero en mi habitación,
vistiendo a estos dioses de la tela máster.
¡Gracias, sobrinos, por tan noble obsequio!
Con risas lo porto, sin titubear,
pues si el mundo amenaza algún mal funesto,
mis calzoncillos lo irán a enfrentar.