Al otro lado del espejo
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Mirándome al espejo me doy cuenta
que al otro lado crece tu silencio
tu mirada, tu voz, y tus abrazos
se clavan en el alma , dan de lleno.
Esa distancia entre los dos, me mata,
soy un fantasma que habla con el viento,
para seguir creyendo que estoy vivo
me aferro a los recuerdos que más quiero .
Un horizonte mudo y poco afable
no me deja mover, me oprime el pecho,
me impide ver de nuevo , tu sonrisa
y me obliga a soñar mientras te pienso.
Todos los bellos soles que me diste
ahora son comparsa de un espectro,
ese silencio que no cesa y crece
me acerca más y más a un tiempo muerto.
Para bailar con tanta soledad
no es menester hacer un gran esfuerzo;
cada día que pasa es más difícil
vivir al otro lado del espejo.
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Fotografía y poema: Ramón Bonachí.