TE AMO (Prosa)
Escuche ese tango, lo escuché lejano, hablando de nostalgias, con su letra triste llegando a mí, con sus locas vibraciones de recuerdos, y de sus notas salía como un perfume que penetraba en mí, dulcemente, como si tu mano de mujer acariciara mi alma nostálgica, y recordé tus caricias de otros tiempos, tu pasión desmedida, con un olor de prado fresco y un extraño resplandor de luna, y evoqué la noche de tus ojos, la extraña sensualidad de tus labios, y el mar de tu pelo, cayendo cuál cascada en tus hombros desnudos, y recordé tus labios, flor de tristeza y de dolor, tus labios húmedos entregando el beso del adiós. Solo un silencio de muerte estremeció mi alma; pensando como tú, me arrojabas al abandono, y era mi dolor, un cisne tratando de iniciar su propio vuelo, todo para entrar a la selva de tu olvido y me hallé solo, inevitablemente solo, arropado por el amargo manto de mi soledad. ¿Después? Mis labios murmuraron esas dos palabras ahogadas por el llanto: ¡te amo!!
Kin Mejía Ospina, noches de recuerdos.