EL QUETZAL EN VUELO

CREPÚSCULO

 La tarde en el girar del mundo, detiene su caída a la noche, mientras busco la palabra que como llave abrirá tus ojos y voltearas a mis letras permitiendo entrar a tu corazón y que saborees con gusto poético estas palabras que la tarde en su ocaso nos regala para la cita distante de esta noche.

 

¡Se acabo el misterio!, ya se que son tus brazos textuales los que encienden mi fuego. En este montón de leña seca que eran mis años y que tu has logrado reverdecer con el fulgor de tu encuentro, trayendo silenciosa mis primaveras olvidadas en una promesa, que se había olvidado de latir en el ocaso.

 

En el parnaso de mis dolores, que curé con otros tinteros fugaces de poetas y musas que ahora estaban y mañana se iban, no evitaron la furia de la nostalgia y soporté impasible el aguacero de recuerdos que se abalanzaron sobre mi noche, haciendo sucumbir a mi guitarra enfermas de nostalgia.

 

Fue cuando llegaste Tú, como promesa, como crepúsculo negando mi ocaso, brillando con luz propia y un fino trazo en tus letras como suturando las heridas. Enamorada discreta, como desprendidas del cielo al paraíso en un suspiro que escapa de tu pecho a mis labios buscando cobijo en el corazón.

 

Tus versos primaverales me han enseñado que los miles de flechas que cupido erro en mi ocaso, eran mensajes de espera a esta presencia. El frio de todos mis colores de olvido que coleccione en mis poesías; ahora los arropas tu y calientas en el fuego tierno de tu amor, en este crepúsculo milagroso.

 

LENNOX

EL QUETZAL EN VUELO