Perdonarme, si lo cuento sin pudor.
Mi pudor era muy chico, y un mal día se perdió.
Lo sé, soy muy terca, una cabezota, de las de matrículas de honor.
Y un día me harté, si acabe hasta el infinito y más allá
De que me mutilaran y no pagarán su error, de que destruyeran mi vida
Y sigan con las suyas, sin arrepentimiento, sin pedir perdón