En la noche de tus ojos,
cantan las estrellas,
susurros de un viento
que acaricia la arena.
Bajo la luna herida,
un lamento se asoma,
un amor que es sombra,
un deseo que asola.
El río murmura secretos,
los álamos temblando,
como un corazón partido
que busca su canto.
Cierzo de recuerdos,
la tierra se abraza,
y el eco de tu risa
es el sol que se desplaza.
En la fragilidad del tiempo,
la vida se hace danza,
y aunque mis pasos tiemblen,
te llevo en la balanza.
Eres un suspiro,
un verso, un destello,
en el jardín de mis sueños,
mi eterno anhelo.