¿Qué sucede cuando te enamoras de un ángel… que ya encontró a su demonio?
Quizá la muerte o… la eterna “consigna” de amor irreverente…
Mortal iluso,
Dejaste que el fuego de sus ojos te sedujeran y sus palabras te enredaran como seda de espinas… hieren como la dulzura pícara que guarda entre sus labios…
Siempre su paño de lágrimas pero nunca la seda de sus manos… rencor apaciguado, rechazo perpetuo, almohada de plumas, libertad indeseada…
Disfraz de mariposa, rostro de bruja… rojo enfermizo, manos sedientas de sangre… alma endiablada, muecas de espanto…
Te invita con engaños a su caverna, pobre alma enamorada… solo su locura fomenta su perdición… beso mortuoso, ventana envenenada…
Entra el demonio a reclamar su profano amorío…
Indicios de un amor desesperado, alba desecha y luna encantada… sutil engaño, sierra atroz, corte y corte sin reparo… no dejes indicios de su ilusión jovial… solo me enferma…
Seres de negro, contemplan petrificados, el crimen aberrante… bolsas llenas de piezas de rompecabezas… que dan hacia un paraíso perdido… tizones en mecha marral, ya hacen a un cuerpo sin vida… pago sin retorno… deuda sin descanso… y una voz que los maldice en susurros… aclaman a coro….
\"Anakin...Anakin...Anakin...\"