Zalameros suplican por aplausos.
En la selva de letras lamebotas,
dulces traidores lamen el trasero,
complacen con sonrisas de embustero,
sanguijuelas de un arte que alborota.
Carroñero enmascaras el talento,
sirvientes de lisonjas sin valor,
manipulan, adulan sin pudor,
el placer como reconocimiento.
¿Qué buscan? ¡Los aplausos, las estrellas!
lengua tóxica serás postergado,
puesto que la rima es juego sin daño.
Los perros sin dueño no dejan huellas,
por más que ruegues, serás olvidado.
El arte es tu trampa, ¡qué gran engaño!
La Bruja Irreverente.