EL DÍA QUE ME MUERA
El día que me muera tus lágrimas no quiero,
tampoco tus pesares ni tu infinita pena.
Te quise con el alma y mi amor fue sincero,
no quiero que te lastre; cual pesada cadena.
¡Qué yo te quiero libre, jugando con el viento!
Si quieres recordarme mírame en esa rosa
que coqueta se abre y perfuma tu aliento,
como muestra de vida, sonriente y hermosa.
Mírame en ese arroyo de agua cristalina,
en las gotas de lluvia que riegan la dehesa,
en la fuente que ríe bañando la colina
y en la blanca paloma que jamás será presa.
No quiero mi recuerdo como doliente herida,
lo quiero cual semilla de tu amor por la vida.