El Ermitaño Soñador

SOLEDAD

Vieja amiga, llevas el nombre de mujer,
también el corazón, el coraje, el orgullo,
eres diferente porque permaneces callada,
Tranquila, apacible como inexistente para el mundo.
Soledad eres de conciencia vanidosa
de voluntad posesiva sobre el ser que escoges
Exiges demasiada lealtad a tu ser amado
Tu compañía es peligrosa porque acabas enclaustrando
A quien lo posees en tu oscuro y servil mundo,
Y lo secuestras para ti toda una eternidad.
En mi infancia y niñez jugábamos los dos juntos
En mi adolescencia comenzaste con tus coqueteos
Hasta que te propuse que fueras mi novia, tu aceptaste,
Juntos caminamos de la mano, tu conoces mis aciertos y errores.

En la penumbra de la noche en la alcoba te conté mis aventuras,
Esperaba que me regañes, y tu al contrario apacible me escuchaste.
Llegó el día en que decidí dejarte y sentirme libre.
Espere tu reacción de fémina herida por la más cruel traición
Pero no, tu serena te alejaste de mi camino.
Cuando en mi diario vivir he sufrido incomprensiones
Te he buscado y en la penumbra del silencio tu asomabas
en nuestras pláticas no habido discusiones ni nos hemos herido
al contrario, tú has sido muy buena amiga y consejera,
me has servido de inspiración para escribir mis versos.
has ido a toda parte y has estado atenta a mi ayuda
Ahora te propongo un nuevo pacto en nuestras vidas
Ven nuevamente a vivir conmigo, te prometo serte fiel.
los dos cual aves nocturnas nos adueñaremos de la noche,
el silencio será nuestro hogar y te aseguro
que conquistaremos la felicidad a nuestra manera.

 

El Ermitaño Soñador