Está aquí, real, perenne y constante
Me muestran con su fragancia las flores
En su variedad de ropajes multicolores
En su sedosidad, belleza y simetría
Lo percibo bajo la superficie refrescante
De las aguas cuyas moléculas me serenan
Aislándome de los ruidos y las voces
Me habla si interna en un paraje solitario
Un aleteo o un crujido entre las ramas
Rompe el silencio suspendido
La pertinaz melancolía adquiere sentido
la incapacidad de integrarme al entorno
Es normal que no se hayan disipado
Si la magia primigenia fue reprimida
En esos ensueños donde me sumerjo
Imposibles de describir en la palabra
Imposibles de recrear en la materia
Siempre esquivos, inasibles e intangibles
El brumoso orbe de donde provengo
Mi cuerpo la corteza que me retiene
De sus formas, reflejos y sonidos
Una hoja caída sobre la fuente
En un grácil cisne deslizándose
Entre los nenúfares del estanque
La flama ondeando sobre la vela
Es una gitana danzando seductora
Apresando las miradas de la tropa