Sabes, soy la luna de los cielos,
que ha elegido el brillo,
más allá de la distancia,
no se si hubiese preferido.
la mañana para brillar,
pues mi resplandor es perfecto al anochecer,
entre los astros que se despiden del sol,
guardando sus secretos y despertando el amor.
Emprendo mi viaje nocturno,
germinando añoranzas y anhelos,
para los amantes que acogen los versos,
entre las ascuas puras del deseo,
porque el destino,
ha puesto en la noche mi morada,
y confiar en tu vientre la pasión liberada.
Sabes, soy la luna de los cielos,
la que siente celos de tu mirada,
la que graba en tu pupila las pasiones,
la que llena de insomnio los desvaríos,
la que se torna sumisa ante tus párpados,
la que convierte en entrega los latidos,
hasta cubrir los cuerpos de delirio.