Te estás volviendo costumbre,
más no logra aún tu lumbre
hacerme sentir calor.
No puedo llamarte mi amor,
no logras llegar a la cumbre
donde siente el corazón.
Que sin ti se le derrumbe
este mundo tan agitado
y ansioso por amar.
Quizás te debas marchar
y yo entregar mi amor cansado
a la ilusión que sucumbe.
O aceptar simplemente
que no nací para amar,
ni pa\' que me amen tampoco.
Debo cubrir el cerrojo
de este corazón roto
que no se puede curar.
Y ya dejar de lado
la experimentación
de saber sentirse amado.
Las llaves tirar al mar
y sobrevivir un poco
mientras llega mi final.
Donde morirá conmigo
este corazón roto
que no supieron amar.