Alto es el muro,
de alto vuelo.
La razón no lo escala
ni ningún pensamiento.
Tiene palabras por ladrillos
y vacío por cemento.
Ninguna voz amable
le hace un agujero.
Por él trepa la amargura
vestida de terciopelo.
Lo empapa la lluvia
fría del resentimiento.
Lo tapiza el negro musgo
del dolor más espeso.
¿Quién romperá el muro
con un buen sentimiento?
¿Qué frases como martillos
abrirán un gran hueco?
Que sea la palabra limpia
de un corazón sincero.