TIENES LO QUE MERECES
Rizos de humo fresco del tabaco,
como falsedad que escondes bajo el taco.
La inocencia se desprende como adherente,
como la piel cambiante de la serpiente.
Mi amor entero se disolvió suplicando,
de tu alma, y de tu cuerpo de contrabando.
Desobedeciste a mi amor advertido,
a causa de un momento divertido.
¡Ahora pues no debes quejarte,
tienes lo que mereces por descuidarte!
No es por despecho el restregarte en la cara,
porque diste a comer a otro de mi cuchara.
Hasta las jaurías saben esperar sin desespero,
pero tú en primer plano te arrojaste al primero.
Una mentira más triste no oculta la veracidad,
así tú finjas, así te vistas de honestidad.
Ahora pues, tu conciencia te condena,
por tu cruel falsedad allí te encadena.
En la prisión solitaria de tristeza y añoranza,
y no aguardes mi regreso ni una esperanza.
Porque Yo podré superar tus crueldades,
mientras a ti, te condenen tus falsedades.
Corazón Bardo ©