El Ermitaño Soñador

NUESTRO SUCIO ORGULLO

Mi orgullo fue devastador
con él empujé tu desamor;
tu orgullo fue inalcanzable
nos heríamos como con un sable.
A mí no me dejó poder expresar
cuánto de verdad te podía amar,
a ti te secuestro en una esfera
y reaccionabas como una salvaje fiera.
Aún tengo el deseo de poder decir:
que tu ausencia me hace sufrir,
escuchar de tus labios que dijeras:
“mi amor deseo que me quieras.”
Tengo la necesidad de contigo platicar
y poderte decir que volvamos a empezar,
pero a nuestro amor lo mató el orgullo.
eso me dice mi conciencia en murmullo...
Seguro que jamás dirías ¡me equivoqué!,
No tiene razón a esta hora ya para que,
nuestro sucio orgullo nos ha vencido
y para siempre separarnos hemos decidido.

El Ermitaño Soñador