Salva Carrion

¡Oh¡, Luna, vestal de secretos callados

 

¡Oh¡, Luna, vestal de secretos callados,

vela por nuestros muchos sueños sembrados.

Que el amor crezca, como flores en mayo,

bajo tu fulgor eterno y sin desmayo.

 

Mi corazón rasgado al cielo se entrega,

allá al cenit, do un ojo irisado amaga.

Cerca surge un gemido, un tenue suspiro,

que en lo hondo del éter se vuelve respiro.

 

Cual mensajero de océano distante,

el Bóreas confiesa un eco vibrante

de los mares que fueron testigos mudos

de la promesa de mis cumplidos laudos.

 

El lucífero que en el azul fue amigo,

aún navega en los confines del piélago,

por donde lloran los quereres hundidos,

que en el fondo marino siguen unidos.

 

Luna floral, un lazo de seda eterno,

que cada noche reúne el fuego interno

de amantes que fueron en realidad

una sola voz de fiel complicidad.