Hoy he dejado mi corazón bagar
por esas calles antiguas de aquel pueblo.
Son calles que antaño alegre recorría,
y dentro de mí aún llevo.
El sonar de las campanas me ha llevado
hasta el gran punto neurálgico de encuentros,
y allí, mi recuerdo se abre, y resucitan
remembranzas de otros tiempos.
Predomina la iglesia. ¿Qué tiene dentro?
Figuras de escayola y corazón de hierro
que entre oropeles lloran, y con incienso,
ganan voluntad y credo.