Son los hombres que hablan de odio.
Solo siembran el dolor.
Yo les hablo del Señor.
Más el Papa es el custodio.
De la Fe, gran orador.
Y aunque nadie ve que existo,
de mis versos soy cantor.
Voy sembrando tanto amor.
La bondad de Jesucristo.
Este mundo es vencedor.
La montaña, fiel testigo.
Y la nieve, ¡qué belleza!
voy sembrando este camino.
En los cielos la pureza.
En mis versos un amigo.
¡Es a Dios a quien se reza!