Desde la montaña
se desliza un riachuelo
sus aguas fluyen claras y libre
en un sendero sinuoso
entre hierbas y piedras.
Entre las estaciones, cambia el torrente,
los nidos ocultos y aves que anidan
las hojas caen
y el río es parte de un silencio
que duele al habitante lejano.
En el nido del tiempo,
el rencor vive despierto
la violencia en el viento
una herencia que arde
como el fuego.
Resentimiento
como un gusano imperceptible
consume la raíz de la ciudad
un ciclo como escalas de piedras
cascadas pequeñas de un rio
abre grietas lentas
en la mente del habitante.
A veces
hay primavera en las venas
pero los sentimientos sombríos
deciden
el río se ensombrece
la tempestad despedaza
las hojas de la esperanza.
El ciclo de la violencia
un curso de agua detenida
el habitante con su mano herida
intenta construir un desvío.
¿Podrá desviarse el destino
cambiar el flujo oscuro
o seguirá el rio del resentimiento
sin hallar su camino?