Baja el telón de las emociones,
la piel solo una vez paz siente,
transmite su adn la simiente
a las débiles generaciones.
Carne porosa con imperfecciones,
el fenotipo luce fantasioso,
en los adentros no hay tanto gozo
se camuflan las preocupaciones.
El merecedor marcha en silencio,
el injusto con el premio queda
de vivir con sombra y con rueda.
Los ojos continúan en órbita
deleitándose la plácida vida
mientras el alma sale, deshabita.