Alberto Escobar

No ahora

 

Quien tiene miedo
todo sonido, ruido. 

—Sófocles

 

 

Cierta inquietud, oscura,
el piso desierto, sin un alma, 
un silencio, pleno, y quienes
duermen, en lo profundo 
y hondo de su reseteo.
La cerradura, fácil, tarjeta
de crédito mediante, esta,
de la Caixa, donde mis ahorros
campan a sus anchas, apenas
suenan los goznes al ceder, 
entro, mis botines no hablan,
las suelas se atienen al plan, 
busco algo de plata y monedas,
estas baratijas del mueble
casi me rentarán unos euros
en el mercadillo de mañana.
Me temo que la elección
de vecino no ha sido acertada.
Pensé que esta familia tenía
más caudal a mano, nada, 
no hay de donde rascar lucro. 
Vuelvo sobre mis pasos lento,
deshago lo hecho para que todo
haya sido una ilusión, y que si
echan a faltar algo que culpen 
a alguien ajeno a mí, a otro,
inocente —no me queda cargo
de conciencia porque no la tengo—.
Cierta inquietud, con las manos
en la masa espero no me atrapen, 
que no se despierten ahora, no,
que sus ganas de orinar no vengan
en este mometo, ya me voy, los dejo
con algo menos de lo que tenían,
unas tonterías menos, nada...