Fuego en los ojos tiernos del cazador,
que en busca de su presa se levanto,
solo sale en las noches cuando la sed
su linaje ancestral, le pone en pie.
Viento corre a intervalos por el follaje,
mientras el cazador con bello traje
oculta su verdad y su tristeza,
tras incitante olor sigue a su presa.
Aire que corre raudo entre sus venas
que se encuentran vacías por siempre secas
el tiempo no ha podido marcar su paso
el cazador es bello como ángel raro.
Cera es su palidez su piel tan fría
la chica al mirarlo cae rendida
es reto su sonrisa, sensual aroma
envuelto en un abrazo solo la toma.
En un mágico trance siempre sin prisa
entregará la sangre que la eterniza
eternamente bella como su amante
lucero de las sombras, falso diamante.
Cuando el claro de luna brilla en el cielo
el audaz cazador está al acecho relámpago su abrazo
tierno su beso fiel testigo la noche, hondo silencio
y antes que asome el sol, por siempre a tiempo
dormirá entre las páginas de mi libro de versos.