AÚN TE EXTRAÑO
En aquellos días de juventud,
donde el frío no era un obstáculo,
te conocí en las calles de Paucartambo,
y desde entonces, guardo un rincón para ti.
Recuerdo nuestros encuentros furtivos,
desafiando la mirada de tus padres.
Me lanzabas sonrisas, yo lanzaba piedritas,
tú salías de puntillas, zapatos en mano.
Las horas pasaban en la plaza Campesinos,
donde abrazos se volvían promesas,
y aunque todo fue breve,
cada instante se grabó en mi memoria.
Te buscaba en cada rincón de mi alma,
y contigo, el mundo se llenaba de luz.
Hoy, en la distancia, los recuerdos son fuertes,
y en mi pecho el vacío crece aún más.
Me aleje deseando encontrar algo real,
una verdad que me prometía estabilidad.
Sin embargo, mi corazón aún te pertenece,
y no puedo evitar sentir el arrepentimiento.
La traición ha marcado mis pasos,
pues busqué en otras lo que solo tú das.
Los días pasan, el dolor persiste,
y me pregunto si tú también me extrañas.
A veces me encuentro bajo el mismo cielo,
mirando las estrellas que iluminan mi andar.
Me transporto a esos momentos contigo,
a ese amor sincero que nunca debí dejar.
Paucartambo guarda en sus rincones
las risas que en tu compañía viví,
y aunque vayan pasando las estaciones,
mi corazón sigue fiel a ti.
Aún te extraño, aunque la distancia
nos separe y el tiempo intente olvidar.
En cada latido, en cada suspiro,
mi amor por ti vuelve a despertar.
Corazón Bardo ©