EL ROMANCE DE LA \"A\" Y LA \"Z\"
En una noche de soledad y sin luna,
el poeta, de pluma cansada,
trazó un verso perdido en un viejo papel,
y allí, entre líneas, nació una historia.
La A, reina primera en el alfabeto,
se alzaba, maquillada con sutileza
curva perfecta, cuerpo sublime,
embelleciendo la sílaba de aquel poema.
La Z, con una saeta en su pecho,
portaba el eco de un adiós, de un final,
la última huella en el inmenso diccionario
siempre oculta, siempre la última.
Se cruzaron en el roce sutil de las líneas
en el espacio de un punto y una coma,
la A la miró, la Z suspiró,
y en ese suspiro, dos extremos se unieron.
—¿Qué haces tan lejos de mí, tan distante?
preguntó la A con voz angelical.
—Soy el final, la que siempre espera,
la que cierra lo que tú empiezas a plasmar.
La A sonrió, con dulzura sincera,
y dijo: —No hay principio sin final,
tú das sentido a lo que yo marco,
sin ti, mis trazos serían un eco trivial.
Y la Z, con la saeta en su pecho
se acercó, dejando el miedo atrás,
y en ese verso, entre rimas abstractas,
la vocal y la consonante rozaron su tinta.
El poeta, en su mesa, dejó la hoja pálida,
no supo del amor que en su pluma surgió,
la A y la Z, en un romance secreto,
bailaban en el verso que él creó.
Y así, en la tinta de la madrugada,
el principio y el fin se encontraron,
en una historia que nadie contó,
donde la A y la Z, por siempre, se conjugaron.
Título: EL ROMANCE DE LA \"A\" Y LA \"Z\"
Autor: Ceuleman Jossimar Villacinda (Guatemala)
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