(…)
Fue bonito mientras duraba;
¡Devuélveme
los besos
que
te
di.
Aquellos con los que me desnudabas el alma,
la mente, el cuerpo en los rincones del mundo,
en una mañana, en una tarde, en una noche,
casi perfectas, besos eternos de una eternidad efímera.
Y mira al viento que lleva a los tuyos,
van como llegaron a mí;
si no te llegan, será por el color del tiempo,
por el espacio, por la distancia, o por lo que
fue y lo que no será!
(...)
Droh joël Arnauld Keffa