Hoy las gardenias han florecido en su esplendor.
La blancura de sus bellas flores, inunda el jardín.
En esos elegantes arreglos va incluido su carmín.
Mira a las flores, cómo la manifestación del amor.
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Hay una magia gloriosa, y es, la selección del ramo.
¡Oh! Dios, la Damisela cuando se enamora, florece.
Si la conquista la abandona, de tristeza, Ella perece.
En cielo y tierra, todo se sabe y se hace el reclamo.
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Dice el que sabe de amores que, eso se demuestra.
Y debe ser así, ya que nada duran, dos en desamor.
A menos que, por interés se urda, la jugada maestra.
Sálvame Dios, si Ella va de quejas, por su gran dolor.
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¡Válgame Dios y los Santos, entre dos nunca te metas.
Lejos de allí y qué, como testigo, no te comprometas!
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