\"Dime, niña, ¿qué amor te atormenta?
¿Por quién suspiras con tanto fervor?
Es difícil comprender el corazón de una niña,
Enamorada sin tiempo ni cautela,
Aventurándose en un amor sin límites,
Quizá con el hombre equivocado...
Oh, jovencita, ¿para quién te arreglas con tanto esmero?
¿Quién es él? ¿A qué dedica su tiempo libre?
(Oh, cielos... ya me parezco al maestro Perales...)
Dime, ¿por qué estás tan cegada?
¿Acaso no es él quien te hace llorar de engaño,
De dolor y de ausencia sin excusa?
No desperdicies tus mejores años,
Vive al máximo, recuerda que la vida es bella.
Mujer, mujer...
Veo intriga en tu mirada perdida,
Preocupación en tu corazón de doncella,
Ansiedad, depresión...
Vamos, preciosa, tú eres la reina de tu hogar,
No busques razones para dejar de vivir,
Solo vive, no dejes que la vida te desviva,
Eres hermosa como ninguna.
Sonríe, con tu sonrisa,
Me esmero más por alcanzar el cielo y las estrellas,
Para regalártelos en bandeja de plata,
Como un moño de oro, en cariño sincero.
Mujer, mujer, no te desanimes,
La vida es un lienzo en blanco,
Pinta tu propio destino,
Con colores vibrantes y llenos de pasión.
Deja que tu espíritu brille,
Como un faro en la noche,
Guíate por tu propia luz,
Y conquista el mundo con tu sonrisa...
Recuerda, mujer, tu belleza reside en tu alma, no en la mirada ajena.\"