Del horizonte a la costa, viene el sol por el camino
y con rayos coloridos va desgarrando las aguas
gaviotas sobre las barcas juegan en mágico vuelo
y se va aclarando el cielo, con la naciente mañana.
Rompe la ola en encajes, espuma sobre la orilla,
besa la franja amarilla de arena sobre la playa
y se va elevando el agua inundando poco a poco el extenso litoral
arropado por manglar, islotes y cayeríos, de magnifico coral.
Exuberantes montes de puro verde esmeralda
sierras donde serpentean los riachuelos cristalinos
en la arboleda se anida y trina alegre el sinsonte
espejos de agua donde el sol baja a beber
sediento por el calor y cuando la luna arde
encendida de pasión enjuaga su corazón
antes que la alondra cante.
Precioso caimán dormido con sus ojos de cristal
Caribe tibio y sensual, donde la brisa se enreda
en las esbeltas palmeras que románticas se mecen
jardín de sueños que crece por la mano del señor
que se esmeró con amor en dotarla de belleza.