Salva Carrion

En el hondo Averno la luz se apaga

 

En el hondo Averno la luz se apaga,

el tiempo presente se torna en pena;

en el instante que el alma se ahoga,

se retuerce un lamento de condena.

 

Las largas horas en llamas irrogan

un gemido de angustia que es un grito

en el silencio; mis martirios ruegan

que me socorra el alivio proscrito.

 

Es el amor, frágil como el cristal,

que en la gris niebla de la indiferencia

cede al abismo del dolor moral,

locura perversa de la inocencia.

 

Oh amor, que a ti siempre el cielo te aprecie,

mientras que el cruel Báratro te desprecie.