En la reverberación del sol, la llanura parecía una laguna transparente, deshecha en vapores por donde se traslucía un horizonte gris. Y más allá, una línea de montañas. Y todavía más allá, la más remota lejanía. Pedro Páramo, Juan Rulfo
En los tiempos del cólera
trotaba por las colinas;
las calaveras asomándose,
el reloj no marcaba las horas;
qué cristiana sepultura,
algunas osamentas derrapaban
por el lodo conservando su blancura;
les alegraba el corazón cantar
como si estuviesen vivos;
no había identidades,
anónimos, despellejados,
aún clamando por la vida;
o mejor,
sintiéndose vivos,
un mismo lenguaje;
yo no sabía nada de la pandemia,
vine al pueblito de ahí cerca
a visitar a unos tíos,
la casa vacía, nadie en los alrededores,
sólo, verde, verde arboleda brillando a la luz del sol,
ahí me dormí sin despertar;
aquí no los encuentro,
pueden haber partido antes,
arrancarían como los demás,
nunca lo sabré,
me tendí en un llano,
descansé hasta poder comunicarme
con ellos,
los calaveras