En arcillas desearía escribir mis versos
con estiletes arrancados de mis venas,
cocerlas en el horno encendido
de mi corazón y guardarlas
en la biblioteca de mi alma.
¡ Pero no puedo.!
Las pesadas pezuñas del desamor,
tras escribirlas,
las pisotean y las palabras se entremezclan
con las huellas inefables
de las herraduras inconclusas
y nada se lee de un amor que fue
tan frágil
como la arcilla de mis deseos.
JOSE ANTONIO GARCIA CALVO