Esta tarde de otoño solamente vino
para que pueda deshojar las penas de mi alma,
para profanar mis sentimientos no perdidos
y ver en el silencio que ya no tengo nada.
Para darle un corazón con vida a lo perdido
para llenar a mis mejillas de lágrimas,
para que mi pensamiento se quede más confundido
y tenga miedo por lo que no va a llegar mañana...
Para que mi destino se atrape en un laberinto
para que pueda ver lo que mi vida no alcanza,
para que mi suerte se aferre a mi instinto
y el viento se lleve veloz a las palabras...
Para que mis emociones sepan lo que necesito
para que el dolor sea un nudo en mi garganta,
para que comprenda en este tiempo que existo
que soy la sombra de una soledad que se aletarga.