Augusto Fleid

Las olas entonan su balada a la triste brisa

Te canto, oh brisa suave,  

una balada en susurros,  

mi aliento se funde en tu esencia,  

y en ti me pierdo, profundo.

 

 

Camino sobre rocas ardientes,  

soñando con sombras que vagan,  

escucho la voz de un alma errante  

que anhela ser un barco en calma,  

navegando mares de anhelos.

 

 

Sobre una piedra olvidada,  

recojo sonrisas quebradas,  

fragmentos de risas perdidas  

en el eco del tiempo cruel.

 

 

Cuando las caricias resplandecen,  

danzo en la noche estrellada,  

dejo que el alma despierte,  

en un vals de luz y de bruma.