Te quise centímetro a centímetro, te amé con pasión de huracanes lejanos. Lamí tus orillas con la espuma de mi lengua y dentro de ti, fui ola sin espacio.
Y te volví a querer y amar fuerte y despacio como el tic tac enloquecido de un reloj. Como una bandada ciega de pájaros que surcó tu cielo de alto en bajo.
Y quedé atrapado entre tus vellos, entre tus lunas sin noche, ahogando. En la pendiente sinuosa de tu vientre y en tu puerto de silencios amainado.
Amarte fue casi todo y no fue nada, cabalgar luceros por andamios quebrados y beber tu fuego para delirar de sed, golpeando puertas sin ser jamás escuchado.