Busqué, en tus versos,
las letras y el mensaje
que precisaba.
Ansiaba tanto,
la voz y tus palabras
que me faltaban.
Estaba triste,
tu ausencia me angustiaba,
profundamente.
Y conseguí
tus letras y los besos
para mi alma.
Estaban cerca,
silentes y a mi lado,
en todas partes.
En el jardín,
también en el paseo
y entre la gente.
Era la vida
llamándome a su lado
con tu recuerdo.
Porque a mi lado,
y andando de la mano,
te vi a ti.
Íbamos juntos,
hablábamos sin pausa
desde el silencio.
Y aquel poema
nacido de tus manos
cobraba vida.
Dos corazones
unían sus latidos
en una arritmia.
Rafael Sánchez Ortega ©
12/10/24