Elias Castellano Blanco

A MÍ ANDALUCÍA

 

Mi amor es a sus montes

que circundan dehesas.

Mi corazón venera

su rica y fértil tierra.

Al milenario olivo.

A su gente labriega.

Me apasiona el cortijo

que brilla en plena sierra.

Y me matan de amores

los pueblecitos blancos

que vierten dulcemente

de la cumbre al barranco.

 

Sencillez y belleza.

¡Orgullo por sus campos!

 

Un río poderoso

que con su altivo avance

tiende sus ligaduras

desde el punto en que nace,

y de la agreste sierra

baja a buscar los mares.

Pasa y riega sus tierras

sabiéndose su padre.

La abraza, la hace suya

protegiendo su estirpe

y es fuente de culturas.

 

De aquí, brota mi anhelo.

De ahí brotan mis ganas

de ser fiel al gran suelo

de estas tierras lozanas.

 

¡No aceptes menosprecios,

madre de porcelana!

Que aunque parezcas hierro,

eres tan delicada

como el lirio qué crece

a orillas de tus aguas.

 

Los lobos disfrazados

quieren alzar tu enagua

por violar tus pudores.

Por mancillar tu casta

y comprar por dos chavos

lo que no está en subasta.

 

Andaluces unidos,

¡Cuidemos nuestra patria!

Sin que un vil señorito

nos cruja en las espaldas.

 

¡Esto, nos pertenece!

¡Defendamos lo nuestro!

Y cerremos las puertas

a opresión y desprecio.