Raiza N. Jiménez E.

A mi Raicita.-

Hoy traigo para mi nieta, un río de ternuras.

Ella es Sol y Luna, desde su vida temprana.

Bella, graciosa y desaparece las amarguras.

Es consentidora y mieles, su risa, desgrana.

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La niña fiel de su padre y la joya de mamá.

Inteligente y notoria, permanece ocupada.

No sé cómo hace pero, su amor es el maná.

Graciosa y bonita su risa nos da a carcajada.

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Es más qué orgullo, lo que, por ella, profeso.

Atesoro sus atenciones amorosas y oportunas.

En su fiel hacer veo el reflejo de su progreso.

Era la niña dispuesta a la acción, desde la cuna.

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 ¡Es la joya más fina que, me ha dejado, la vida.

Seguro en el Cielo, su padre ve a su consentida!