Todas las penas del mundo
navegaban su mirada...
Mar abierto, mar profundo,
olas de dolor muy altas.
Semillas de desamparo
germinaron en su alma
y rejas de sin razón
secuestraron su garganta.
Hoy el silencio es su voz,
ya su corazón no canta,
sólo se escucha el rumor,
de una marea de lágrimas.