Puerto que en la braveza del mar, canta a solas
bajo el calor de un sol de fuego urente,
mar que se estrella en las rocas imponente
con la sal, la espuma y lava de las olas...
En el rostro sopla fuerte brisa marina
ardiente suelo volcánico y arenoso
del cual sube un humo leve y azufroso
y un intenso vapor en la hora vespertina...
Ahí me encontraba, triste junto a las aves,
y mi corazón era como aquellas naves
que naufragan y se ahogan, pobre corazón...
Nuestras almas, las cuales arruyaba el Puerto
ante un ocaso tan brillante y tan incierto
viendo secarse el mar de una Ilusión...