Para que tener de fe
esperanza confundida,
para que querer creer
si me aferro a la mentira
una vez, y otra vez.
Para que luchar por nada
si por nada he conseguido,
que la lucha que libraba
de mentiras me ha vencido.
Para que querer decir
las verdades engañadas,
si engañándome yo mismo
no consigo ser feliz.
Porque el engaño provoca
ser infeliz en la vida,
y la verdad se transforma
en miserable mentira.
Para que aparentar
lo que nunca hemos sido,
porque haciéndolo mentimos
engañados de verdad.
A pesar de que es sabido
nos pensamos que mentir,
es mas fácil que decir
la verdad que se ha sentido.
Y mentimos por afán
intentando conseguir,
que mintiendo ha de salir
ocultada la verdad.
Y necios y mentirosos
escuchamos el refrán,
que al que oculta la verdad
se pilla antes que a un cojo.
Porque somos pecadores
desde el día que nacemos,
en mentir, somos maestros
de una verdad que se esconde.
Y mentimos con los ojos
engañamos con los gestos,
cuando en el fondo sabemos
que nos hacen pecadores
y la verdad, escondemos.