Fue mi mano
quien recorrió tu busto,
en el callado momento
de la noche.
Fue mi mano -quien-
Se detuvo en tu vientre
y mi boca entre tus labios;
tu sexo escondido
vibraba entre mis dedos
-qué silencio entonces amor
cuánto silencio-
Había en tu muslo que dejaste abierto.
Tu mano se detuvo
en mi entrepierna,
porque juntos amor como un suspiro
nos perdimos abrazados
en la bruma.
Fuimos quizás dos siluetas en penumbra
enlazados por la noche que reposa:
Pero el amor, cuando es amor, jamás deslumbra,
es inefable su luz como la aurora.